Juan Pino, excelente profesor de Educación Matemática de la Universidad Católica de Temuco (Chile) y un extraordinario amigo me envió este poema que hago público en el blog.
Gracias Juán
POEMA DE AMOR MATEMÁTICO
En cierta página del libro matemático
un cuociente se enamoró un día
locamente de una incógnita
La miró con sus ojos innumerables
y la observó del ápice a la base:
una figura impar
ojos romboidales, boca trapezoide,
cuerpo ortogonal, senos esferoides.
Hizo su vida paralela a la de ella
hasta que se encontraron en el infinito.
¿Quién eres tú?
preguntó él con ansias radicales.
Soy la suma de los cuadrados de los catetos
pero puedes llamarme la hipotenusa,
y al hablar descubrieron que eran
lo que en matemáticas corresponde a almas hermanas,
primos entre sí
Y, así se amaron
Al cuadrado de la velocidad de la luz
en una enésima potenciación
trazando el sabor del momento y de la pasión
rectas, curvas de segundo grado, círculos y líneas sinusoidales.
En los jardines de la cuarta dimensión
escandalizaron a los ortodoxos de las fórmulas euclideanas
y a los exegetas del universo terminado
Rompieron convenciones newtonianas y pitagóricas
Y, finalmente, resolvieron unirse en casamiento.
Construir un hogar,
mucho más que un hogar:
una perpendicular.
Invitaron a padrinos
al poliedro y a la bisectriz
Hicieron planos, ecuaciones y diagramas para el futuro
soñando con la felicidad integral y diferencial.
Y se casaron en una unión no vacía,
tuvieron una secante y tres conos
todos muy hermosos
y fueron felices
hasta aquel día en que todo se transformó en monotonía
Fue entonces que apareció
el máximo común divisor,
frecuentador de círculos concéntricos y viciosos.
Le ofreció a ella una grandeza absoluta
y la redujo a un denominador común.
El cuociente
percibió que con ella no formaba más un todo, una unidad.
Era el triángulo llamado amoroso.
De ese problema era ella una fracción,
la más común e irreductible.
Fue entonces que Einstein descubrió la relatividad
y todo lo que era impuro pasó a ser moralidad,
como suele acontecer,
en cualquier sociedad.
Nota:
Este poema fue encontrado en un texto del Magister en Educación Matemática, de la Universidad Técnica del Estado, de Santiago (Chile).
El texto es de la década de los ’70. Lamentablemente no se encontró el nombre del autor.
Sin palabras excelente gracias profesor por compartirlo desde Lima Perú.
ResponderEliminarSaludos.
Katiuska Chvedine, profesora de Matemática